Países del Alba no aceptarán ningún documento que contravenga el Protocolo de Kyoto

Caracas, 16 Dic. ABN.- Durante la XV Cumbre sobre el Cambio Climático Copenhaguen 2009, los nueve países integrantes de la Alianza Bolivariana para los pueblos de nuestra América (Alba) dejaron claro que no aceptarán ningún texto, documento o decisión que no sea producto de la discusión generada en el Protocolo de Kyoto y de la Convención mundial, porque son estos los únicos textos legítimos que se han ido debatiendo intensamente previo a esta reunión en Dinamarca.

Así lo hizo saber el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez Frías, durante su discurso, al recordar que en este encuentro hay un grupo de países que juega a imponer un nuevo documento que intente librar de responsabilidades a los países desarrollados e industrializados.

El Jefe de Estado citó al gran filósofo francés Jean-Jacques Rousseau cuando dijo una vez: Sólo la ley libera. “Por eso hay acá presentes algunos países que juegan a que de esta Cumbre no salga documento alguno y mucho menos quieren la aprobación de una ley, porque la inexistencia de esa norma les permitiría seguir aplicando su concepto de libertad explotadora y arrolladora sobre los más débiles”, argumentó.

En ese sentido, el Presidente instó a los gobiernos y pueblos del mundo a hacer un esfuerzo y presionar para que de Copenhaguen surja un documento que comprometa a los países más poderosos de la tierra a asumir su enorme cuota de responsabilidad en la crisis climática.

Destacó que el objetivo científicamente sustentado de reducir la emisión de gases contaminantes y lograr un convenio de cooperación a largo plazo, pareciera haber fracasado por culpa de la actitud irresponsable y falta de voluntad política de las naciones más poderosas del planeta.

“El consumismo, egoísmo y derroche de los países más ricos denotan una alta insensibilidad y falta de solidaridad con los más pobres, los hambrientos y los más vulnerables a las enfermedades y los desastres naturales”, manifestó el mandatario.

Por ello, consideró imprescindible un nuevo y único acuerdo aplicable a partes absolutamente desiguales, por la magnitud de las contribuciones y capacidades económicas, financieras y tecnológicas de los países más ricos y de los más pobres.

“Este acuerdo debe estar basado en el respeto irrestricto a los principios contenidos en la convención. Los países desarrollados deberían establecer compromisos vinculantes, claros y concretos en las disminución sustancial de sus emisiones y asumir obligaciones de asistencia financiera y tecnológica hacia los países pobres, para juntos hacer frente a los peligros destructivos del cambio climático”, explicó Chávez.

En ese sentido, exigió que la singularidad de los Estados insulares y de los países menos desarrollados debe ser plenamente reconocida en este encuentro mundial.

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